¿PROBLEMAS DE APRENDIZAJE... O DE ENSEÑANZA?

Siempre se suele achacar el fracaso escolar a problemas de aprendizaje o a no saber utilizar las estrategias adecuadas a la hora de aprender. Sin embargo, muchas veces perdemos de vista el hecho de que cada niño está rodeado por un entorno y una serie de factores que afectan a su proceso de aprendizaje.

Es tarea del profesor darse cuenta de ello y actuar en consecuencia, adaptando el proyecto pedagógico a las circunstancias de cada uno de sus alumnos. La psicología de la educación nos ayuda a detectar cualquier problema, ya sea por parte del alumno, de su entorno o del propio profesor. La autocrítica en este caso es fundamental para mejorar o cambiar las estrategias de enseñanza que repercutirán de manera directa en el aprendizaje de los alumnos. Es el profesor el que debe adaptarse a los niños y no al revés.

También es responsabilidad del profesor crear en el aula un ambiente agradable y motivador donde los niños se encuentren a gusto y que propicie una interacción favorable con el profesor y los alumnos. Debemos tener en cuenta que las necesidades afectivas y el desarrollo cognitivo del niño son tan importantes como el nivel académico exigido.

Cuanto mayor es la motivación del niño por aprender, más avanza. El profesor debe conseguirlo utilizando diferentes estrategias, ante todo observando y escuchando, pero también haciendo a los alumnos participar, buscando la colaboración con otros profesores y las familias, adaptando el material y los contenidos para conseguir un aprendizaje significativo, utilizando los conocimientos previos como base para seguir aprendiendo, etc.

Utilizando la psicología de la educación no solo conseguiremos mejorar los resultados académicos sino reforzar el autoconcepto y la autoestima de nuestros alumnos.